domingo, 11 de septiembre de 2011

El mar y la arena

Uno se pregunta la gran ironía de la naturaleza de lo juntos que están la arena y el mar.La arena tan árida, el mar tan húmedo. El mar tan inmenso, la arena hecha con los restos de lo que lucharon las piedras contra la sedimentación.

Las veces que el mar, tan grande y tan voluptuoso, crece en grandes olas de ilusión y muchas veces cae sobre la pobre arena, haciéndose cada vez más débil, más liviana. Sin embargo, la arena se humedece como el mar. Sin embargo, la arena sigue junto al mar.

¿Es una esclavitud de uno con el otro? ¿Qué tendrá la arena que yace frente a tal monstruo azul y no busca alguien de su tamaño? ¿Será que esta gran playa será la que gaste al mar por cada vez que este se estrella con el gran quilombo de piedras gastadas?

No lo sé.

Lo que estoy seguro es que la arena, antes fue pura y dura piedra, y el mar con toda su paciencia la fue golpeando y luchando contra estas piedras, que, endurecidas, se aguardaba toda la serenidad y suavidad que hoy se puede observar en tales bastas playas. Y estas grandes piedras forman parte de esa esencia que hace al mar tan salado.

O sea, tanto uno como el otro, están juntos a pesar del tiempo. A pesar de la distancia, sin importar desde cuándo o de dónde hasta donde. No importa qué tan dura pueda ser la piedra, o qué tan grande pueda ser el mar, uno y otro están pegados como si estuviesen haciendo el amor... más allá de los tiempos.


domingo, 28 de agosto de 2011

Una vez relatado

Un día, el amor me preguntó que por qué hay tantos resentidos e idiotas conmigo si son ellos quienes me buscan. A ésto yo le respondo: "será porque te confunden con una fantasía". "¿Y cómo estás seguro de que yo no soy eso?" me volvió a preguntar...

Porque yo no te busqué, sino que te encontré en sus ojos cuando me miran.
GUAU... GUAU...


miércoles, 24 de agosto de 2011

Mis frases 15


Las lágrimas, el sudor y la sangre es la única tinta que hace valer un esfuerzo...


lunes, 8 de agosto de 2011

Poema ñoño 1

Te amo, no con la fuerza para levantar un peso...
sino con el peso que requiere de fuerza...

Te amo, no con la espada,
sino con la destreza que hace falta para tocar tu corazón...


Te amo, no con la alegría,
sino también con la tristeza, para que el amarte me seque las lágrimas...


Te amo, no con la vista, sino con la imaginación,
porque el que no estés es como verte con los ojos cerrados...


Te amo, y te amo nada más... no como un todo...
sino como un algo que necesita ser llenado...


Como la nada... porque nada se compara a lo que TE AMO :)

jueves, 4 de agosto de 2011

Mis frases 14

Para los celosos...
Los celos son directamente proporcional al tamaño de los cuernos que piensas tener...


Es peor que sacar X... por eso tengo una novia CALCULADORA ;)

lunes, 1 de agosto de 2011

A-mor-tal

¿Para qué sufrir y alegrarte 1000 veces? ¿Para qué descubrir todos los misterios del mundo y no guardarte la intriga como base de tu fantasía? ¿Por qué motivo buscas descubrir lo que necesita tiempo y no le dedicas tiempo a lo que realmente necesitas? ¿Qué necesidad hay de sufrir y alegrarte con 1000 diferentes amores? ¿Qué gracia le ves al ser recordado por tantas personas? ¿Ser un ícono? ¿Por qué no ser el tesoro oculto de una sola? De esa que vos lleves guardado tan dentro tuyo y que no puedas olvidar. No trates de ganarle al tiempo pues una eternidad no te sirve para encontrar a alguien como ella.

¿Para qué ser inmortal?


Prefiero morir cuando este amor acabe, pues no tendría sentido para seguir viviendo.
Morir por amor, es vivir por alguien. Vivir sin amor es vivir muriendo.

sábado, 30 de julio de 2011

¿Qué es lo que mata a la ficción?

En este pequeño ensayo es donde ensayo de una buena vez mi capacidad de explayarme. Hace mucho que no comentaba algo que no sea sobre el amor o la alegría y la tristeza. Serán las cosas por la que uno andará, no duden que el pintor que pasa por un camino de rosas le faltará un poco de morado en su próxima pintura (a menos que sea Jackson Pollock que hace un menjunje de pintura y termina siendo los obrones que se manda.

Bueno, la temática del tema es sobre la Ficción. ¿Qué es lo que puede matar a la ficción? ¿Hay alguna especie de Calamardo que coarte a nuestro Bob esponjoso ficcional? Yo opino que tal vez. Si bien depende de cada uno, pues la ficción forma parte de agregar productos de nuestra imaginación a objetos ya antes vistos rescatados por nuestra memoria, o sea, un bolonqui terrible entre el Inconciente y el Subconciente según Sigmundito.

Para abordar ante esta temática estaba viendo los Simpsons, en el episodio del hombre Pie ("PAI", no, no se trata de un hombre con forma de pie ni mucho menos un pie que se cree hombre -porque le falta pene), y me planteé que es una especie de Alter-ego de la persona. Si bien, el tema de los super-héroes es bien tocado por la psicología como cual amante con su enamorada, y no haciéndome el psicoanalista ni nada, pero si bien, ese alter-ego que podría tener Superman por ejemplo es simplemente una idea o una forma de escapar de su mísera realidad. Si bien, es un extraterrestre que viene a parar a nuestro planeta, con lo ñoño que se ve en su laburo de pacotilla y si se percatara que está ayudando a una sociedad que ni siquiera que es su planeta porque todos sus habitantes ya estarán en otro Ades, se sentiría peor que el meme de Forever Alone.

O en el caso de Batman. Para mí que es un concheto terrible Bruno Díaz, ¿y si, combate al
crimen, con esa inteligencia y pozo económico tan grande, otorga justamente fondos para que la policía de ciudad gótica no fuera tan inútil? Pero para enmascarar esa idea de careta reprimido sin padres con mayordomo sin bandeja, decide usar el atuendo de vampiro, pero como ya está la saga Crepúsculo y la historia de Drácula, se la ingenió bien para llamarse "el hombre murciélago", con lo cual escaparía de su realidad con ese alter-ego formado suyo. Está bien, no digo que anden todos los policías en traje de batman, ya con la Cristina tenemos los gendarmes, pero en vez de enfrentar la realidad para combatir y obtener venganza con ayuda de la policía (total, puede colaborar con la plata), para escapar a su realidad.


En síntesis, si estos super héroes deciden darse cuenta de la realidad en la que viven y se percataran de los desastres y detalles que poseen cada uno, se tirarían abajo (O seguirían adelante como todo buen héroe, pero sin calzoncillos por fuera de los lompa). A partir de estos ejemplos es como yo puedo demostrar que la realidad podría matar a la ficción. La gente muy realista puede ser la que sufra más de abstinencia a la imaginación, pues en el equilibrio de Memoria e Imaginación, hacen énfasis en la memoria y actúan en base a eso. En tanto una experiencia, en vez de crearse expectativas e ilusiones, se atienen más que nada a experiencias pasadas. El extremo de ambos puede conllevar justamente a otros extremos, como en el caso de quien vive en pura fantasía, podría adelantarse demás a los eventos, y quien no avanza, el realista empedernido, por malas anteriores experiencias, no disfruta el momento presente por estar constantemente prejuzgándolo con el pasado.

Si bien, yo admiro a los villanos de tales super-héroes (sobretodo los de batman), como en el caso del señor 2 caras. Podría aparecer en la portada de la revista "CARAS" o "CARETAS"... incluso podría tener 2 FACEBOOKS, pero justamente, su realidad es que es un tipo de doble personalidad (como Julio y Tulio, véase "Obras Célebres de Gustavo Fama Tomo I" Edición "A VERSE") donde una está terriblemente masacrada, pero en vez de deprimirse o vivir una mera realidad soportando aquello, decide mandarse para el lado del mal (no sé si es la izquierda o la derecha todavía -no es un chiste político) y seguir creando fantasía. Maléfica, pero fantasía en fin. Pues convive con su realidad de deforme maldito y la sigue esparciendo. O en el caso de El Acertijo, es un loco de pelo rojo, ¿pero qué amigo del barrio al que le decimos "colo" no está un poquito tocado? A partir de su afición por los acertijos es que desarrolla constantemente su imaginación al respecto, para mal, pero andá a adivinar las consignas del hijo de su madre. O Gatúbela, en vez de ser la "Loca de los Gatos" crea una poderosa realidad imaginada donde saltea el hambre por la crisis económica comiéndose pajaritos y ratones y, en batman si bien es villana, en la película de la Halle Berry está más rica que nunca, combatiendo al mal y de una forma más buena que comer pollo con la mano o dulce de leche con una oblea Ópera (por cierto, MALíSIMA la película). O con la "Hiedra Venenosa", una mina que tenía un vivero, se internó en el gimnasio y ahora se la quiere partir Robin, después que se dio cuenta que era del lado maligno, se hizo puto y se comió a batman.

Justamente, con estos centenares de ejemplos, es que puedo demostrar que, la imaginación no es la realidad, lo que sí existe puede matar a la ficción que hoy en día vivimos. No, no tenemos un Batman, no existe un 2 caras, ¿pero existirá en nosotros? Si uno nunca vio un ovni, pero cree en ellos, IMAGINA que existen, existen a fin de cuentas o ¿no? En la realidad, no hay ficción que valga, todo parte de lo fáctico y lo real, las cosas son como son. Pero la imaginación es como esas especias que condimentan al Pollo a la Escabeche de nuestra vida, lo que nos permite creer en nosotros mismos y en los demás, y que creer en las esperanzas que de las cosas se dan, o tal vez no, pero te permite soñar, imaginar, saltar, volar, sin que te cague la Kryptonita. Sólo depende de tu realidad de que puedas cumplirlo.


Pd: no sé si las historias ficcionales están del todo verídicas a como las escribí, ni tampoco me apoyo del todo al punto de vista psicológico, simplemente es un punto de vista que puedan apreciar a ver si no está bien escrito o explayado, pero principalmente, si no está bien enroscado ;) Muchas Gracias

lunes, 18 de julio de 2011

Mis frases 13


Si sos capaz de sonreír por un pasado donde fuiste feliz...
...eres capaz de reír por un futuro donde volverás a serlo.

Fama y Famita, más optimista que nunca :)

miércoles, 29 de junio de 2011

Mandato al corazón

Palpita querido mío.
Palpita y saca esas telarañas,
deja esa sangre correr en el río,
que hagan cataratas con esta hazaña.

Repite ese ritmo descorazonado
y piérdete en esa armonía,
conlleva a ese amargor a un lado,
que uno se enamora en estos días.

Para si no crees estar listo.
Detente si no vienes de repente,
se nota que ante esto no resisto,
necesito tener algo pendiente.

Encuentra la solución en la escritura.
Busca consuelo en el cariño,
que el amor es una dictadura,
y bien adentro comanda mi niño.

Redescubre esa enfermedad que deja inmóvil,
esa fiebre que calienta la razón,
ese nerviosismo porque te llame al móvil,
ese paro repentino que hace tu corazón.

Recorre ese paisaje tan bello
que alumbra su mirada,
que resulta ser un reflejo
de tu cara tan enamorada.

Abraza esas curvas que palpitan.
Sorprende ese ardor que para.
Mueve ese sentimiento que excita
y sacude esa alegría rara.

Esparse esta mañana en varios atardeceres
y las estrellas de la noche al día,
que el invierno tenga sus placeres
como un calor veraniego cuando rías.

Y no recuerdes el recuerdo del razonamiento,
despídete de toda cordura.
Que esta emoción se siente con el viento,
olvida que molesta la locura.


sábado, 11 de junio de 2011

Si fuera un si...

Si me preguntas qué le diría... será que no fue nunca ni la mitad de las demás mujeres con las que he estado... con ella es de verdad... y si de mis palabras he de precisar no usaré ninguna que no pueda decir con mis ojos al verla ni con mi boca al besarla ni con mi vida al vivirla ni con mi corazón al sentirla...

Si me preguntas qué le escribiría... será una multa por romperme los esquemas de amor a los que estaba acostumbrado... a sentir amor como es propiamente sentido... y si he de usar números serán las veces que las pienso... los momentos en que la extraño... los instantes en que la deseo y los sueños donde la anhelo...

Si me preguntas qué le volvería a decir... serán aquellas promesas que nunca cumplí y esos juramentos que nunca hice... de aquellas tarde de lluvia que todavía no nos empapamos... de esas canciones que aún no nos dedico... de nuevas formas de amar sin usar el corazón, sin tener el alma... esa forma que todavía no existimos...

Si me preguntas qué le volvería a mirar... no serán los labios... no será esa lágrima por el rechazo... no será esa lágrima de felicidad... mucho menos de ese futuro que no se da todavía... ni pensar del pasado que ya ha pasado... ni tampoco será el presente que no la tengo... sino que miraría sus ojos donde tengo refugio...

Si quieres decirle algo... si fuera un no...dile que todavía siento que siento lo que siento por cientos y cientos de días... por cientos y cientos de horas... que ya no existo, pues no existimos en un futuro... pero que vivo pensando en vivir en el mañana donde dormiré acostado en su vientre, acariciando su sonrisa con una canción en la medialuna.

Si quieres decirle algo... y si fuera un si... mejor, no le digas nada.

Pd: permiso Liniers :)

lunes, 6 de junio de 2011

Mis frases 12 (be happy)

¿Las lágrimas son la sonrisa de la tristeza?

¿Y el llanto la carcajada?

¿Será la tristeza lo que también hace existir a la alegría?

O sea, es lo que no es la Alegría en sí,

y por ende es parte de lo que involucra el ser de la alegría. Sufrir también para ser feliz...

pero con una sonrisa a pesar de las lágrimas :')


martes, 10 de mayo de 2011

Mis frases 11

-No hagamos de la educación un negocio de pocos, sino un compromiso de muchos-

Fama (más comprometido que nunca)

domingo, 8 de mayo de 2011

El narrador

Llegado al caso me pregunté cosas muy simples para la primera hora del despertar:

1) ¿Hace frío afuera?

2) ¿Qué desayuno?

3) ¿Qué ropa uso de nuevo?

En cuanto a la tres es un problema pues mi ajustada economía, muchas veces no me permite darme el lujo de tener camisas sin arrugas ni canas. Cuando se solidariza algún contacto en los bajos suburbios de esta ciudad logro conseguir una presentación de la cual muchos burgueses de época con sus más bellos atuendos envidian y, por qué no, imitan. Pero la situación se me presenta tal y como te la describo, un desorden espacial con respecto a mi ropa y el terreno que yo llamo hogar. Cuando tengo mucha suerte encuentro el calcetín menos usado detrás del microondas. Pero no por una cuestión de desorden, sino por falta de tiempo. Esto de tener que viajar por favores o por huir de algún padre resentido por haber desflorado a su más bella hija, por no decir lastimado, conlleva a que tenga que improvisar viajes que pocas veces salen como uno no se lo planea.

Sin embargo, yo me pregunto, ¿es esto obra mía? ¿Por qué se me da esto? Si seré parte de una historia de algún autor, de algún narrador que relata mi vida y desarrolla mis trágicas y ardientes aventuras. Si seré una especie de resultado del pensamiento del intestino del destino al que mi suerte destino. Atino a decir que este es el caso donde el narrador soy yo, y que el destino no es más que mera casualidad del tiempo, el compañero de los minutos que los hace más lentos o más rápidos. Justamente, el narrador en este caso soy yo, y el destino son los renglones donde transcribo mi vida. No hay cosa más seria que la seriedad con la que se dan esta serie de eventos donde sólo yo, y nadie más que yo, soy el responsable. Giraré como un yo-yo, pero quien sostiene la piolita de los hechos es mi mano.

domingo, 1 de mayo de 2011

¡Pero qué futre!

Bueno gente, sí me ausente como los mejores, pero es debido al pasaje de vida por el que estoy releyendo muchas cosas (facultad), además de nuevas metas y desafíos, pero principalmente, como sucede casi siempre desde que tengo este blog, perdí mi inspiración. Aunque ahora demuestro por un momento lo contrario. Fruto de improvisación de una catarsis y para mi trabajo como profesor en un taller para niños, inventé una historia del Futre donde reúne de una forma bastante aceptable (al menos para mí) todos los pocos datos que conseguí en internet para mi trabajo. Espero que les guste.


Érase una vez, en un pueblito de Mendoza llamado Uspallata, a principios del siglo XX, se estaban iniciando los trámites para construir el tren que comunicaría al país de la Argentina con el de Chile. Una de las bellas tardes de tal hermoso lugar mendocino, un grupo de inversores ingleses llegaron al pueblito para dar una mirada rutinaria sobre el lugar donde llevarían a cabo la construcción de un ferrocarril, fruto de sus inversiones. El poblado, asustado por tal intromisión extranjera no recibieron de la mejor forma a los británicos. El alcalde del lugar tuvo que acudir avisando que eran inversores y del desarrollo de tal trabajo en su pueblo, por lo que, si de ser necesario, pueden preguntar los beneficios de tal obra industrial a los allegados.

Entre el poblado que preguntó, se encontraba Ludmila. Ella era una jovencita de unos 18 a 20 años, no se sabe muy bien, de pelo castaño que pasaba sus hombros, unos ojos castaños también que quemaban de calidez la profundidad de cualquier mirada y una boca que la sonrisa era el estado de perfección que se podía presentar en tan bello rostro. Ludmila era la mayor de 4 hermanos, los cuales cuidaba y atendía ella misma pues son huérfanos de madre, y el padre aparecía muy pocos fines de semana para ayudarlos. Junto a ella se encontraba Germán, el pretendiente de la señorita, no oficial para ella, pero bastante insistidor y también pesado. Germán si bien, era fuerte y fornido, trabajaba como leñador en el pueblito, aunque no se destacaba por un gran intelecto, pero si por una gran cabeza.

Si bien, Ludmi fue a averiguar qué posibilidades había de que su padre pudiera trabajar en el ferrocarril y pudiera vivir fijamente en su casa para que no se escapase. Con quien habló es con el protagonista de esta historia. Su nombre era Foster, inversor ingles de las tierras de Liverpool de unos 24 años, caballeroso, pulcro, educado, flaco y alto con un bigote de estilo francés (si, francés aunque sea inglés). Pudo hablar perfectamente ya que su padre era español y por ende conocía su lengua desde tempranas edades. A parte de contestar todas las dudas de la señorita, podía denotarse que, a pesar de su gran timidez, veía de una forma muy distinta a Ludmila a comparación de otras miradas con otras personas. A pesar de ello, tuvieron que retirarse los inversores y la agradable tarde respondiendo preguntas tuvo que finalizar con un "good bye".

Pasaron los meses y con ellos vinieron grandes camiones con una gran cantidad de materiales. Plomo, hierro, metales, arena, piedras. Con ellos vinieron empleados y trabajadores no sólo del interior de Mendoza y Argentina, sino que chilenos cruzaban la frontera para trabajar. Una vez iniciada la construcción, una vez por mes, llegaba un inversor para asegurarse que la obra se estaba llevando correctamente. Al quinto mes, llegó Foster. Tras su llegada, se encontraba Ludmila, quien, al no llevarse bien con los otros inversores debido a las diferencias étnicas, o porque no sabían español o simplemente por ingleses, decidió esperar a su inglesito entendido.

Sólo podrá quedarse tres días le indicó el inglés, pero la pueblerina no tenía ningún problema. A todo esto, Germán no estaba muy contento con la idea. "¿Por qué con él se va a tomar una agua-ardiente a mi bar y conmigo no?" eran unas de las tantas preguntas que aumentaban los celos del fornido pretendiente. Esto implicó realizar un plan con Emanuel, el hermano menor más grande que tiene Ludmila. Le inventó y engatusó con una historia donde el inglés sólo quería abusar de Ludmila y hacerle cosas malas, cosa que al hermanito no le caía muy bien, sino que le caía PEOR de lo que se imaginan. Emanuel se caracteriza por no sólo ser de pequeña estatura (por su edad de unos 14 años) sino que también, al querer tanto a su hermana era su "guardabosques".

Ya al tercer día donde el inglés partiría, decidieron efectuar, Emanuel y Germán, su plan para deshacerse del inglés y todo su galanteo para con Ludmila. Ella al invitarlo a cenar, se prestaba para que Emanuel lo invitase una copa al bar de Germán. El hermano insistió que se quedara debido al peligro que podía pasarle a Ludmila al salir siendo ella mujer (típico machismo de la época o gran sobreprotección atemporal). En el bar, Germán comenzó a "enpedar" al inglés con tragos de todo tipo con diferentes formas de hacer salud:

"Por el ferrocarril"... Trago ... "Por usted" ... Trago ... "Porque es inglés" ... 5 tragos más... "Por Ludmila". A lo que el inglés, ya en su poca conciencia exclama, yo jugaría muchas cosas por Ludmila, y tras una confesión de amor a su pretendiente, decidieron apostar. Jugando al truco, aprovechando su embriaguez, Germán logró ganarle el sueldo de sus empleados, lo que traía en la billetera, parte de sus acciones en el ferrocarril y hasta su cabeza. "Daría mi cabeza por Ludmila" dijo enamorado el inglés, y por ello accedieron. Sin entender nada, Foster salió con Emanuel del bar, triste y dolido por haber perdido hasta el mate. Cerca del barranco por donde pasaba el tren, y con Germán detrás, Foster fue empujado. Cayendo de tal altura, paró su cuerpo casi muerto sobre las vías terminadas del ferrocarril. Buscándolo desesperado, Emanuel y Germán no se percataron de que un vehículo de prueba estaba pasando por esas mismas vías. Esa noche, Foster fue separado su cabeza de su cabeza. Ambos sorprendidos al encontrarlo, lo decidieron ocultar, no se sabe si en una de las grietas que había por ahí cerca de las montañas o debajo de las vías aún no terminadas del ferrocarril.

Le dolió la noticia de la partida del inglés, inventada por Emanuel (tuvo que hacerlo el hermano porque ni se animaba de mentirle el infeliz de Germán). A todo esto, el pretendiente, año después, logró su cometido y se casó con Ludmila. Y para el año que fue terminado el ferrocarril, decidieron irse de luna de miel a Chile.

Esa noche que partieron, a pocos kilómetros del pueblo, el tren se detuvo. Germán intentó abrir las puertas del vagón donde solos se encontraban, no pudo. Las luces empezaron a titilar. Las ventanas eran golpeadas bruscamente por el viento. Pudo entrar a la locomotora donde se suponía que estaba el conductor, pero este no se encontraba en su puesto. A Germán lo consumía el miedo. A Ludmila, tranquila por su simpleza no se percataba que se estaba moviendo el vagón. En ese mismo instante, al girar Germán hacia la otra puerta del vagón, una silueta aparece del suelo. Tenía una gran facha tal aparición, un poco MUY pálida la cara, era larga y flaca y con un bigote estilo francés muy demarcado. "FUTRE" Gritó Germán. No se sabe si por la pilcha que clavó ese fantasa (que eso significa FUTRE, o sea, FACHERO) o porque no recordaba bien el nombre de Foster. Ludmila, sorprendida pero no asustada, miraba con detenimiento a Foster. El hombre, con una expresión en sí triste, saludó a la muchacha y le dijo:

-Perdoname Ludmila.

-¿Por qué Foster?-preguntó Ludmila.

-Por perder la cabeza. La aposté por vos y la perdí.

-¿A quién se la apostaste?-dijo extrañada.

Apuntó a Germán. A todo esto, el gran y fornido leñador estaba titiritando del miedo. El ya conocido Futre se le acercó y se puso las dos manos en su cuello como si fuera a ahorcarse. En un lento y armado movimiento, el fantasma logró extirparse la cabeza. "Pago mi deuda" replicó la cabeza, sostenida por la mano del brazo del cuerpo sin capocha. Germán no tuvo tiempo de gritar que rompió bruscamente la puerta que no se podía abrir más temprano y salió huyendo dirección a Chile sin saberlo. Volviendo al vagón, el fantasma decide tomar con las dos manos su extremo pensante y, acercándose a Ludmila, le da su cabeza diciendo: "ya que a quien le aposté mi cabeza no la quiere, decido dársela a quien realmente pertenece. I love you, Ludmila." La bella muchacha tomó la cabeza, y con una gran tristeza decide besar la mejilla de la misma dicidendole después a los ojos: "no puedo vivir enamorada de un fantasma, perdoname Foster". Salió del vagón y se fue por las vías hacia su pueblito. El dolor y tristeza de Foster o, ya conocido como, El Futre, lo conllevaron a buscar a Germán y hacerlo perder por todo el camino asustándolo.

Dice la leyenda, desde bocas de gente como Germán, que el Futre es un fantasma maligno que le corta la cabeza sangrientamente a quienes se interpongan en su camino, cuando en realidad era la venganza del inglés, perderlo haciéndole creer que lo iba a matar. Y dice la leyenda a voces de gente como Ludmila, que es un fantasma inofensivo, que va por las rutas y caminos de la montañas de Mendoza y Chile, y a veces, de San Juan, que con su caminar desdichado trata de no molestar a los viajantes, se encuentra como inofensivo pero adolorido pues perdió la cabeza en un juego, en un accidente o en una ilusión.

(Versión adaptada de mi relato para los niños, para lectores con más necesidad de detalles)


Famita Mendocino

lunes, 4 de abril de 2011

Una vez más

Ya estoy en casa. Después de una ardua velada en aquel bello lugar. Mis anhelos de verla simplemente no se dieron cumplidos, como son todas estas noches desde aquella vez la cual no recuerdo en voz alta como lo hago ahora, pues sería lo mismo que estar muriéndose de frío e irse desnudando debajo de la lluvia helada. Decido trabajar ahí porque así la conocí, con el simple error de que se me caiga la tacita de café encima de su mesa. No fue amistoso el primer diálogo. Mucho menos la primera impresión. No… me dije no recordarla. Lo único que agregaré para cerrar esto es que trabajo incluso cuando ya me han despedido, para que vea que a pesar de que se haya ido pueda mentirle y decirle que las cosas en mi vida siguen igual que siempre.


Me prendo un habano todos los fines de semana, pero este miércoles lo adelanté, sólo por el hecho de que ya llevo 4 meses trabajando a escondidas del gerente a pesar de mi despido. Las locuras que hace uno involucran no sólo las acciones que hace uno en su juicio perdido, sino también en su momento de sobriedad con un tono más lleno de sinsentidos.

Su suave sabor a vainilla cubre mis labios como si se tratara de la redacción de una poesía en otro cuerpo, en pleno beso, en ese erótico instante. El humo, tan absurdo en su movimiento, dibujan curvas similares a las que siempre me involucré. Curvas que me hacían seguir girando en círculos cuando se encaprichaban, y otras que simplemente me nublaban como aquél humo tan espeso. Parte del mismo, como consiste el fumar, me lo llevo a pecho, pero ninguno me deja sin un buen sabor una vez que los expulso. Mi pc prendida para ver las noticias on-line y unos libros de filosofía moderna que estaban en oferta de acá a dos cuadras son mi consuelo de la noche cuando los recuerdos no me invaden o la droga no me lleva a otras acciones.


Me desprendo esta camisa blanca, me la saco, y el pantalón atinaba a la misma suerte. Espié si me dejé el celular o algo de valor que requiera más tarde esa misma noche. Cuando saco, una servilleta del salón tomé arrugada. Escrita con una letra muy peculiar, por el manuscrito digo que es una mujer. Las mujeres tienen una peculiar forma de escribir en letra manuscrita, sin contar su inclinación y sus Os y Ases bien redondas cuando se lo proponen, la cola final de cada palabra, la que queda suspendida en el renglón al final de cada conjunto de letras, son generalmente curvos y sugestivos, como si un dedo cuando llama a alguien se tratase. No decía mucho:

“Gracias por tus servicios, no el de mozo sino de vislumbrarme la mirada. Mañana vuelvo a la misma hora. Soy de la mesa 6, ¿me servís una noche más? Camila”


No voy a negar que uno de mis extremos de la boca quiso chocar los cinco con mi ojo, por no decir que se me hizo un gancho la sonrisa. Aunque de repente mi bajón me bajó y la subida de mi contento subió para abajo, pues recordé que acordé que mañana a la mañana no me iba a proponer a trabajar por el simple motivo de que mi simpleza por encontrarme con Clara no me permitía ir 4 días seguidos a seguir trabajando escabulléndome con una bandeja para verla. O sea, puedo depender de mí mismo por un rato, no necesito verla, a pesar de que me muera de las ganas, aunque sí, es cierto, no dejo de pensar en ella, no la dejo de recordar, no la dejo de memorizar hablándome, no la dejo de sentir en estos sueños tan irreales, no la dejo escapar de este corazón lastimado, no la dejo correr por ese pasillo que la conlleva a mi olvido, no la dejo desamarrarse de este barco perdido en el océano de la decepción lleno de aguas de esperanzas, pero una vez más me digo que no vale la pena seguir así. Pero no están en mi las fuerzas de dejarla, por lo que, hasta que las tenga, seguiré con esta brújula rota que late de vez en cuando. Pero, pensándolo bien, yo asisto al salón con el fin de verla y ya fue el cuarto día permitido para conmigo para verla. ¿Pero si no fuera para verla a ella mañana y sea para ver a esta tal Camila? No estaría yendo contra mis principios, no rompería mis normas ni me carcomería la culpa de no obedecer a esta autoayuda emocional. ¿Pero si voy con la idea de que si no me agrada Camila, pero a pesar de que sí, la viera a ella y no le pasara pelota por Camila? Sería como aprovechar que no va una y me voy con otra pero al estar la otra me voy con ella dejando a Camila pidiéndose un cognac por no decir friendo espárragos o, en una connotación más simple, plantada. O sea, que en un mínimo porcentaje, mínimo, pero porcentaje al fin, estaría yendo una vez más para ver mis esperanzas desvanecidas de nuevo, aunque compensadas por el nuevo y primer encuentro con esta tal Camila. ¿Y qué tal si, en el caso hipotético, viera a Camila, me quedara con ella y en el más grande de todos los éxtasis de una simple charla, entrara por la puerta ella tan bella como siempre esperando a verme para confesarme su error de no entender esta pasión que nos corroe, o tal vez desteñida de contentos por una seguida de tragedias que le habrán pasado en el camino y su único abrazo de consolación sea encontrarme esa noche y me viera con la nueva bandida de pasiones? Su apresuro emocional conllevaría a malas interpretaciones de su parte haciendo que entre como salió… digo, salga como entró maquinando una función de tiempo que no estuvo conmigo en comparación de posibles pescas o chamuyos que consigo en tal lugar, llegando a la conclusión de que esa con la que posiblemente me encuentre mañana sea el rapto que supere las tres cifras en un conteo general. Mis posibilidades de que mis esperanzas, esfuerzos, sacrificios, lágrimas, memorias y deseos se vean no sólo destruidos, sino masacrados, quemados, mandados en una carta a Alaska para que vuelva a Tierra del Fuego y se la coma un ñandú en México. Este conjunto de problemas me preocupa enormemente y me deja con miles de dudas. Por ejemplo: primero, ¿Hay ñandúes en México? Segundo, ¿es posible todo esto que estoy pensando? No sólo de la tristísima posibilidad de que ella llegue y tome esa forma de tomar las cosas que pueda ver en aquél momento, pues de última lo pueda tomar como la más bella de las misericordiosas y pueda perdonarme el hecho de no haber hecho más nada que seguir esperándola y así de paso a lo inevitable entre nosotros o simplemente entre para dejarme las cosas en claro; como de la posibilidad de que si todavía debería tener esperanzas, debería tener en claro que hay un porvenir claro entre nosotros si el encontrarnos se permite. ¿Cuántas mujeres y oportunidades como ésta puedo aprovechar para que el encuentro en el salón se dé? ¿Cuántas deberé dejar pasar para, no sólo tener una calma emocional, sino también por el hecho de que mi esperanza se vea encarnada en una de las mesas con sus ojos, o en la puerta con la bufanda que alguna vez le regalé, o en la barra con esos labios tan dulces y fogosos sobre el borde de una copa de champagne? ¿Todo esto es producto de que… que… la amo, o es una obsesión que se verá resuelta ante un último o hasta el último encuentro carnal que podamos realizar con el título de “…el amor”? ¿Y si la dejo pasar y resulta que Camila es mucho más parecida a Clara que la misma Clara es parecida a sí misma, o sea, a lo que yo veo y adoro de ella? ¿Si lo que siento por Clara pueda reconocer también en Camila? ¿Y si sucediera, dejaría de pensar en Clara? Encima las dos empiezan con la misma sigla, si se tratara de una cuestión tipográfica mi amor, si este corazón se enamorase de la sigla… pues no cambiarían las letras que alguna vez escribí en un árbol C + H dentro de un corazón dibujado. Recuerdo ahora mismo que una prima de Clara es Camila. ¿Y si se complotaron para ver si sigo siendo el chamuyero con el que alguna vez me dejé de identificar cuando estuve con ella, para que, de esta forma, comprobar que no la recuerdo, que no vale nada Clara para mí en este momento de soledad? ¿Y si tal vez no le importase más a Clara y por eso me delega a su prima? ¿O si, tal vez, Clara aún no se decide en dar la cara y pide ayuda a Camila para poder hacérmelo llegar? En una de ésas es eso, un simple disfraz con la que la bella actriz de esta novela trata de usar para atrapar nuevamente mi corazón, como un anzuelo me toma de la boca de este amor inconfundible que me sube y me lleva cual remolino de antojos, deseos y miradas fulminantes. Sí, puede ser eso.


Una vez más estoy motivado. :)



lunes, 28 de febrero de 2011

Mi nombre. Clara. (Minicuentos Musicales)

Mi nombre.

Mi nombre puede variar numerosamente. No hay vez que eso no me beneficie. Poder tener una cara dura para tantas identidades me facilita la vida en muchas ocasiones. Algunas me salvan de la muerte. Otras veces –que resulta peor- de los retos o reclamos de una mujer. Pero grandes poderes, acarrean grandes responsabilidades me comentó el Lucho en aquél bar. ¿A qué voy? Pues, muchas veces, cuando necesito ser yo mismo, no sé quién soy. Han variado a tal exceso mis gustos y pareceres, que no parece que me gusta. No puedo definirme en una palabra que no sea la de los otros, como si mi abecedario no fuere universal, sino de ellos. Algo que ni yo mismo he podido integrar a mi voluntad de ser. La necesidad de retomar los colores de un atardecer es muy variada.

Mi nombre puede exceder de letras. Puede atravesar fronteras. Puede involucrarse independientemente de mi ser, y manejarse de boca en boca. Mi persona puede estar quieta, y mi nombre saltando de un oído a otro, de un papel hasta a un cartel. Una cartelera, un manuscrito o en un mismo boceto, mi ser dibujado no es mío sino la representación de lo que significa mi nombre. Incluso gente que ya vivió puede tener mi nombre, haciendo así que ni mi propio nombre sea de mi propiedad. ¿Qué es lo que realmente me diferencia de una vida pasada? ¿Qué diferencia que tenga un apellido a que tenga otro?

Buscame en la lista de invitados, no me vas a encontrar. Por eso en el ventanal es donde me vengo a escabullir. Paso desapercibido por un mozo, pues su nombre yace en una placa adherida al uniforme por un ganchito. Muevo las bandejas de un lado a otro, bandejas de plata tan grandes que parecen escudos de la misma edad que del palacio al que me encuentro ahora. Estas bandejas donde llevo el éxtasis de tu confusión prolongada, el alcohol. A veces en una vulgar botella, esta vez en copas de vidrio refinadamente talladas, el vino blanco combina con el oropel de la señora de las perlas. Un repasador vanamente tan blanco, que por más que me limpie la indecencia de mi rostro juvenil, se puede reflejar las manchas del mismo con tal ambiente tan blanco.

Me llaman aquí. No utilizan mi nombre de reemplazo. “Mozo” me dicen. El bigotudo con faja usada como corbata me pidió un Cabernet, ninguna cosecha en especial, esta noche se dedica a chupar. Todo lo contrario de quien quiere celebrar, que busca la excelencia de cada detalle para homenajear al hecho causante de tal festejo. Utilizan las lupas en vez de anteojos para asegurarse la perfección en aquella mesa. Una mosca, una miga, una mancha, un pelo, un hilo no correspondido en el mantel. Todo lo contrario a este señor. Este festeja su fracaso. A la falta de un alivio al alma, el consuelo es el corazón dolido. Consuelo. Lo que pocos tienen cuando fallan. Pocas veces se cansan las vidas, y pocas saben cómo cansarse. Pero aquellas fatigadas viven –si viven- como aquél señor con mostacho. No se preocupa por el corte, por la impresión después de la quinta copa que me pide, no se desconcierta si está arrugado su chaquet, simplemente viene a beber.

Muchas veces me siento así. Sobre el respaldo de la silla y llego a la conclusión que me siento como aquel señor. Tal vez no por el fracaso de un gran negocio, ni por la pérdida de una apuesta. Aunque, analógicamente hablando, se podría utilizar dichas frases. Como aquella vez que fui a un casamiento. Fue el primero y el último. Era de Clara.

Clara.

Clara era su forma de ser la mujer que me enterneció el corazón. Claramente se podría decir que era la única mujer que respondía a mi propio entendimiento de lo que es, propiamente dicho, una mujer.

Su delicadeza para hablar. Esa forma dulce de ver a mis ojos, y no ver simplemente, no mirar, sino descubrir un mundo más allá de mi propia persona. Encontrar un mapa no trazado donde marca los límites de mi vida. Un punto fuera de la línea recta, un nervio que puede tocar tranquilamente y yo no lo siento. Esa penetración que no se encuentra ni en el más potente de los taladros, ni en los más afilados cuchillos, ni en la flecha más puntiaguda. Una mirada que duele más que el rejunte de todos esos utensilios cuando deja de mirar. Si el sol te puede quemar la piel cuando te expones mucho hacia él, estos ojos pueden hacer que te quemes por dentro y no sufras. Y te incineres enteramente cuando dejan de verte.

Dos ojos que tienen la capacidad de decirme todo, que ni la más destacada lengua pueda comentar. Esos ojos me miran y me dejan mudo. Dos pupilas que lentamente van descosiéndome por dentro, soltando cada nudo que me ata a una realidad que no quiero vivir, que solo no quiero vivir. ¿Cuántas veces sentiré esto? ¿Cuántas? Esos mismos ojos, casi llorando, me dijeron que no me van a ver más. Se iba.

Nunca se fue. Esos dos ojos quedaron en mí, como si de ser posible los hubiese arrancado y trasplantado entre mis pulmones y mi corazón. Cuando en realidad me arrancaron mi alma de mi yo y se fueron con ellos. Mi propia luz soy yo, pero quien podía encenderme eran esos dos universos donde la vida se podía dar. Esos dos ojos se cerraron para mí.

Hablando seriamente se podría anteponer dicha relación como un negocio. Buscaba el beneficio de mi empresa ayudando a esta pequeña y delicada corporación a crecer. Nuestra materia prima era el amor, nuestro medio era el deseo, nuestro crédito era el futuro incierto al cual queríamos escribir. Apostando a la posibilidad de que cayeran mis acciones, mi vida le aposté, pero no fui yo quien jugó.

La vi en la iglesia. A mitad del pasillo. No me miraron cuando pasó, sino que bajaron. Gritaban: “esto es lo mejor, confórmate”. Si mis ojos hubiesen gritado hubieran dicho “Por favor”. Eso es lo curioso. La voz de los ojos es la mirada del otro.

La marcha nupcial nunca me sonó tan parecida a la marcha fúnebre. Ella iba al altar, yo iba a la horca. Sus manos tomaban el ramo de flores, yo tomaba mis dedos transpirados por tener mis muñecas amarradas. Ella lo hacía esperar a él, yo a mi verdugo. Tenía un cura. Yo no tenía cura que me contrarrestara el dolor en mi pecho. Esta angustia del próximo fin. Nunca estando vivo me sentí tan perdido. Nunca estuve perdido en una vida sintiéndome tan muerto, o a morir. Subió sus escalones, recibe las plegarias, yo no dejo de pedirlas. Acepto. Acepté. Desganado. Acepté. Mi interior era de vidrio. Un espejo lo rompió. Mil cristales perdidos en la nada, reflejados en el espejo se multiplicaba la miseria.

Esos ojos no me hablaron más de la misma manera. Un idioma que yo desconocía. Pero los ojos me conocían. Eran los únicos que sabían quién era.

El señor bigotudo me pidió otra vez un vaso de Cabernet, pues es el quinto que tomo bajo su cuenta.

jueves, 17 de febrero de 2011

Mención Especial

Felizsches 21 años a un queridísimo hermano mío. Facundo Agüero. Miles de presentaciones juntos, millones de pensamientos y un sinnúmero de risas, a parte de soportar dolores, enojos, tristezas y lágrimas, son la base de esta amistad nuestra que NUNCA JAMÁS terminará querido.

Ahora podés beber legalmente en Estados Unidos. Joya para cuando hagamos nuestra gira por allá. Claro, una vez finalizado el ejército de androides que nos van a escoltar.






Agradezco al tiempo, al GLORIOSO, a Dios y al teatro por habernos reunido.

Feliz 17 de febrero. (no me hace falta una fecha comercial para decir lo que siento)

Tu amor + te dura toda la vida = El amor de tu vida...
El que cela y pelea es un histérico más...
El que te ama nomás es uno de tantos amores que vendrán...
El que dure es un amor que no se olvida...
El amor que no termina es el que dura toda la vida...

domingo, 13 de febrero de 2011

Adiós Negro

Te imagino allá arriba... en el escenario mejor acolchado de todos, circular. Para todas esas almas que admiraste y que te admiran presentándote como nos hacías hacer a nosotros, con una que otra mímica y gestualidad. Una puesta en escena donde sólo te vales de tu cuerpo, de tu dicción e improvisación, y una que otra silla de nube. Se callan todos y empieza la función.

Te imagino peinándote y alisándote el bigote compartiendo el peine con Guinzburg, comparándose. Riéndote, por qué no, con Fontanarrosa, seguro que en una de esas platicando con la Walsh, haciendo de dictador como alguna vez lo hizo Chaplin. Con tantos que ahora están con vos, pero esos tantos que son gente seria. Esa gente que hace reír, la gente que no tiene más que seriedad y una gran necesidad de hacernos bien, de darnos la felicidad que vos más que nadie te merecés. La cual lla recibís al hacer esto que más te gusta.

Yo sé MUY bien que te vestite así de bonito esperando a que todos se vayan. Abriste el cajón, te limpiaste un par el trajecín tan monono con el que actuabas tan bien, y con el silencio de mil cosas que no se dijeron, te fuiste a escondidas como hacías, con esa cara pícara sin despeinarte una sola cana. Y llegando, te tomaste un avión y te fuiste a hacer LA gira que tanto retrasaste para dejar bien lo que había que dejar. Luchando lo que había que luchar. Siempre manteniendo la esencia de ser mendocino, de ser artista. Siempre arreglando y perfeccionando hasta la última mueca nuestras puestas en escena. Hiciste tu trabajo, ahora te vas a disfrutar de lo que tanto te merecés, hacer lo que mejor hacés: Mostrando que no tenés que tener barba para parecerte a Dios.

Una crítica de las tantas con las que me arreglaste, no te salió muy bien cuando entramos los de tu elenco. Estabas Riéndote, yo lo sé.

Te habrás ido de gira, pero nosotros, yo, estaré y estaremos acá actuando y demostrando todo lo que aprendimos de vos hasta que vuelvas para darte la sorpresa: a nunca bajar los brazos, a nunca afeitarse el bigote (sobretodo las chicas), a seguir luchando, ya sea por la Cultura en Mendoza, o por un espacio Digno del Elenco en el Colegio, a reír cuando uno tiene que reír y a llorar no sólo en el escenario sino incluso en los bastidores, y sobretodo a conseguir novia...

"...Porque el teatro sirve para tener novia, sino no sirve para nada"

Nos estamos viendo Deivid, espero que estés en primera fila cuando nos toque a nosotros ser como vos.

Tu orgulloso discípulo.

sábado, 29 de enero de 2011

Mis Frases 10


Si tenés el vaso medio vacío...¡llenalo y hacele fondo blanco! xD



lunes, 24 de enero de 2011

Un suspiro

En uno de mis tantos viajes en el Mediterráneo, me tocó ir a lo que los marinos llamaban la parte del babor del barco a vomitar mis remordimientos. No eran los porotos que me mandó mi tía esta mañana en su cálida cabaña en las playas de Creta, tomada prestada sin permiso de mi tío. Mucho menos era el pan de ajo que tenía sabor a carne molida que me dieron de cena escabulléndome por la cocina del barco, sin siquiera saber a qué clase de animal le pertenecía ese sabor carnívoro. Eran los nervios de llevar a cabo mi dicha, mi alegría. No, señores, no se trata de amor, lo segundo pero no por eso también lo primero que me hace feliz cuando soy visto. Esos nervios que son como hormigas con forma de garrapatas y patas con forma de garras que me recorren por la panza, que me suben al corazón y le echan más carbón para que palpite más rápido. Esos bichos que sólo aparecen cada vez que la unicidad del momento justifica su recuerdo.

Al lado mío, tras mi pequeño asunto (pequeño para ser modesto), escucho maldecir a uno de los tripulantes. Era un señor bastante característico. Sombrero de copa negro, un pantalón con 3 bolsillos, zapatos bien lustrados aunque desatados, sin corbata (qué inseguridad) y una mirada perdida al hemisferio del cielo que coincidía con el horizonte donde terminaba (o comenzaba) el mar. Perdida, pero endurecida como sus manos agarrándose de la barandilla del barco. Lo noto tensionado. A pesar del mal olor de mis nervios, me decidí preguntarle qué le sucedía. Contestó brevemente “el tiempo pasa, y las relaciones se agotan”. Y comenzó el diálogo:

Yo- ¿Ah, problemas de los negocios? La revista “Business” sirve mucho.

Aquanti- ¿Qué? No. Me refiero… no importa.

Yo- ¿La seguís buscando?

Aquanti- ¿A ella?

Yo- No, a ti mismo.

Aquanti- A ella. Sí.

Yo- ¿No te encontraste?

Aquanti- Se escapó hace poco. No porque no me quiere, sino porque se quiere encontrar a ella misma.

Yo- ¿No puede sola?

Aquanti- Si, pero yo no.

Yo- ¿No es fácil esperar?

Aquanti- ¿Es fácil resucitar?

Yo- No hace falta. Uno puede morir por amor y seguir viviendo.

Aquanti- No siempre es bueno dar de todo de uno por alguien, menos por amor.

Las luces del barco empezaron a apagarse. El viento se hizo espeso, como esposo de la pesadez pero sin compromiso alguno. Entonces fue cuando la luna en su cuarto menguante empezó a iluminarnos. Y bajo tal luz fue que me iluminó el sentimiento que creo del que estamos debatiendo:

Yo- Si hay algo de lo que también aprendo de ser actor... es que uno por más que esté triste... si le toca sonreír en el escenario... TIENE que sonreír porque es su papel... y por más que le duela... tiene que dar lo mejor de uno para hacer emocionar al público... y cuando este se emociona... vale la pena ser actor.

Por lo que si en el amor, por más que no sea bien recompensado, uno da lo mejor de sí, sabrá hasta dónde y cuánto puede amar... y el haberlo hecho hizo que valiera la pena. Porque no sólo hicimos feliz a alguien más, sino que nosotros también fuimos felices amando... y eso el lo que hace busquemos ese amor una y otra vez... cuando esa persona que una vez nos lo hizo sentir desaparece... buscamos ese sentimiento porque nosotros lo encontramos... Aquella persona nos ayudó a encontrarlo... tal vez sea la única... tal vez ella seamos nosotros mismos en alguien más, y no podemos vivir sin ser nosotros y sin nuestro ser en su totalidad y es por ello que duele perderse a uno mismo en alguien más… eso de pende de qué brújula quieras usar para un camino como tal.

El sueño me hacía lagrimear, a él el dolor.

Yo- Podemos decir que es un camino de piedra. Como todo verdadero camino no es siempre llano pasando por un par de colinas, pues sería muy aburrido de todos modos. No, no, no, en este camino se sube, se baja.

Cuando se baja, uno se queda a veces… y cuesta subir...

La vista desde la cúspide de cualquier montaña... es genial...

Y a veces en lo más bajo el cielo es nuestro único aliento...

Pero si vas acompañado no importa el lugar a donde vayas... sino que no te quedaste quieto... procura no ir solo.

Te lo digo porque no hay sentimiento más triste que recitar un monólogo de amor.

sábado, 22 de enero de 2011

Un café casual

Dos personas, no muy diferentes a usted lector y yo autor, se encuentran en un café común y corriente. Sin ningún significado en particular, pide uno una chocolatada y el otro té, o sea, todo menos café. No se dirigieron la palabra. El ambiente se cortaba con la punta de la servilleta que se encontraba debajo de las medialunas, ésa que tenía la impresión del logo del negocio con el nombre. Ni siquiera una mirada. Tal era la tensión que, si prestabas atención, parecía que hasta los confites de regalo contenían la respiración.

Esas personas de repente comienzan a hablar, sobretodo una de ellas. No, ésa no, la otra. La que tenía el ceño fruncido. Fue una plática como de antiguos amigos, remarco “antiguos” por no decir “ex”. O sea, había bronca. Fue más que un diálogo, un reto de parte de uno con el otro. No, ésos no, el otro con uno. Tal vez la persona sea usted. Tal vez sea el autor. Tal vez sea yo. Tal vez yo sea el autor, pero también el castigado tras leer esto. Como sea, lo que se pudo escuchar entre choques de cucharas de plata con tazas de porcelana, el sonido de las cafeteras y camareros preguntando “¿qué desea ordenar?” lo siguiente:

Él- ...No. Pero ese es el tema. Si hay algo que aprendí es que no se deja de ser uno mismo por otra persona, sea novio o amigo o familiar. Se es uno mismo y así es como se acepta.

Y sí, sé como sos, porque yo también fui y soy así. Pero yo no dejo de ser yo... y la persona que me quiera me tiene que aceptar tal y como soy... incluso si ese SER incluye hablar con gente o interactuar con personas que a mi no me van o que me generen celos. Ya que, por más que quieras estar con esa persona, vos te enamoras de su forma de ser

y los celos cambian esa forma... Pasando lo siguiente:

Se subordina como vos... y termina gustándole esa arcilla que formó a su gusto y parecer, con lo que a vos te pueda traer problemas de una forma u otra, no le importa o le hace frente a esos problemas, cuando en realidad vos no querés esos problemas.

Cambias y la persona deja de quererte porque…por sus celos de mierda ya no sos la persona que eras...al menos no la que era antes de sus celos de mierda, y por ende, cambiás a la otra persona.

Por eso es que ME ODIO cuando soy celoso porque es una forma inconciente que tengo de CAMBIAR a lo que (o a quien) a mi me gusta y si el personaje no tiene eso en cuenta... no tiene la certeza de que está enamorado de una novia que formó él... no de la novia que sos vos.

Ante tal displicencia y desarrollo de palabras tan seguidas, llenas de ira y estupor a la vez; una seguida de la otra cual link de página de Internet que no tiene espacio entre cada palabra, la segunda persona responde asombrada y al mismo tiempo atónita mientras muerde la punta restante de su sacramento:

Ella- Tenés razón.

El personaje se levanta, recoge su corbata anclada en la silla, retoma su billetera y deja uno de cien. Le da el último sorbo a su té y se retira, sin antes decir sus últimas palabras:

Él- Ya lo sé... lo aprendí por las malas.

domingo, 16 de enero de 2011

Agendando...

Mañana empieza la semana, y con ello empiezo a:

-trabajar,

-estudiar,

-repasar,

-resumir,

-retomar temas,

-escribir,

-ensayar,

-actuar,

-dejar facebook,

-empezar la dieta,

-hacer espacio en el disco rígido,

-básquet,

-gimnasio,

-correr al parque,

-ordenar mi pieza,

-hacer un origami especial,

-seguir la lectura de Stanislavsky,

-Iniciar la construcción de la Estrella de la Muerte,

-Encontrar el tesoro de Monkey Island,

-afeitarme,

-Averiguar por qué está prohibido suicidarse en primavera y no en verano,

-Hacer un Lemon Pie,

-Empezar 100 años de Soledad revoleando el poncho,

-juntarme con Nicolas Gallar

y... creo que nada más por el momento.