Fue un acto realmente interesante, un par de críticas pero éste no es un blog de Cultura cuckera, sino de mis pensamientos, y a pesar de algunos detalles, el acto fue totalmente espectacular, como para cresparte la gallina. (capos chicos del CAD)
Sin embargo, como siempre sucede en esta generación de mierda que me tocó mejorar o soportar, encontré tal falta de respeto por cada estúpido (o estúpida, vale alclarar género también). Entre los que no se paraban para recibir la bandera, los que se paraban como se les cantaba el culo cuando se cantaba el himno. O sea, ¡la recalcada concha de tu madre hija de remil puta! ¡A caso tenes un conchudo tumor en tu cajetuda cintura que no te podés parar derecha durante 5:32 minutos!!!? Encima ni que era un himno que están grabados en los cassetes del '91 sino una HERMOSA versión de la Mercedes Sosa (que en paz descanse) y otros artistas que lo hacían un par ameno. Criticamos cuando el pueblo argentino no recibió a los sobrevivientes de la matanza y nosotros hoy en día, con cara de ojete, con una postura que parecía un junco inmaduro (esos que te dan ganas de quemarlos directamente) y una voz más suave que el mousse de chocolate de mi vieja le da envidia. ME HIZO ASAR. La típica canción de las Malvinas que NADIE SE LA SABE, NADIE. Y eso que es el primer acto... ME IMAGINO para el bicentenario. O sea, se sabe que es un país de mierda (según el dicho popular) pero cuando es un partido de mundial todos somos argentos. Me vas a decir que me parieron en un país con un quilombo económico DESASTROZO, con mil y un piquetes (cuando los había), una inseguridad que tiene a mi vieja hasta la garganta cuando se me apaga el celular y no le puedo avisar y un medio de comunicación que también la enloquese, un grupo político elitista que hace lo que se le canta con el país, SÓLO PARA VER LA HIPOCRECÍA EN UN ESTADIO DE FÚTBOL (ojo, no es una crítica al fútbol ni a los verdaderos hinchas, es una remarcación de los errores de quienes los han cometido, yo incluído). PERO BUENO, qué se le va a hacer, estas actitudes de mierdas son las que me hacen escribir estas cosas.Bueno, ya enfriada (PARCIALMENTE) mi calentura, aquí viene el espacio de reflexión y qué mejor forma que dejándolo a manos de nuestra pluma dorada de la literatura argentina, Jorge Luis Borges, que a pesar de su confianza por el gobierno militar, al ser defraudado por ellos al iniciar la guerra (como yo por mi sociedad, ¿no me estaré pareciendo mucho? jajaja) expresó su "agradecimiento", por así decirle, e hizo honor a nuestros combatientes de una forma... un poquitísimo más sutil que yo. Es una narración breve que en su pequeña longitud, expresa un mar de sabiduría por este ídolo. Se titula:
"Juan López y John Ward"
Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.
Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer El Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
Espero que les haya gustado. SE DICE ISLAS MALVINAS, NO FALKLANDS LA PUTA MADRE! (Mutherfucker!)
Viste que si leí... :) Y firmé y dije que no iba a firmas... Es lo mismo que me dijiste al final, ya fue, hay que mejorar las cosas... Firmo con la cuenta vieja sin querer :P Nos vemos
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